(Sonsonate,
1899 - San Salvador, 1976) Artista y escritor salvadoreño también conocido por
el seudónimo de Salarrué, una de las voces fundamentales de la literatura
hispanoamericana por su concisión y fuerza en la recreación de la realidad de
su pueblo.
Su
identificación con el mundo del campesino salvadoreño y sus exploraciones en
los asuntos esotéricos orientales y de ciencia ficción han llevado a valorarlo
como uno de los iniciadores de la nueva narrativa latinoamericana y como
destacado exponente de la cultura de su país. Sus Cuentos de barro (1933),
relatos de extrema brevedad, contribuyeron a forjar la estética del cuento
hispanoamericano.
Instalado
con su familia en la capital salvadoreña desde los ocho años, a los diez años
publicó ya sus primeros textos en el Diario de El Salvador. Formado en el Liceo
Salvadoreño, el Instituto Nacional y la Academia de Comercio, estudió además
pintura y dibujo con el maestro greco-ruso Spiro Rossolimo, y más tarde,
gracias a una beca, en la Corcoran School of Art de Washington, donde con
veinte años realizó su primera exposición individual en la Hisada's Gallery.
De
regreso a El Salvador, contrajo nupcias con la artista Zelie Lardé y comenzó a
prestar servicios laborales en la Cruz Roja. En 1928 fue contratado como
redactor jefe del diario Patria, dirigido por los escritores Alberto Masferrer
y Alberto Guerra Trigueros. Publicó allí artículos y sus primeros relatos,
reagrupados luego en Cuentos de cipotes. Fundó y dirigió las revistas Amatl y
Espiral; a lo largo de su vida colaboraría en numerosas rotativos y revistas
literarias y artísticas.
Miembro
de la Sociedad de Amigos del Arte (1935-1939), durante varios años trabajó como
agregado cultural de la delegación diplomática en Estados Unidos, y participó
en la Conferencia de Educación organizada en julio de 1941 por la Universidad
de Michigan. Alternó la literatura con la pintura; se recuerda especialmente el
éxito de sus exposiciones en Nueva York y San Francisco (1947-49) y de algunas
de las que realizó posteriormente en su país y de nuevo en Estados Unidos entre
1958 y 1963. Otra de sus facetas artísticas fue la de compositor: se le deben
más de un centenar de canciones.
En 1963
ocupó el puesto de Director General de Bellas Artes, y en 1967 fundó, en el
parque Cuscatlán, la Galería Nacional de Arte (actualmente conocida como Sala
Nacional de Exposiciones), centro cuya dirección asumió. Desde 1973 hasta su
fallecimiento fue asesor cultural del gabinete del Director General de Cultura,
Carlos de Sola.
La obra
literaria de Salarrué lo ha colocado en el justo papel de clásico no sólo de la
literatura salvadoreña, sino también de la cuentística en castellano. Su
peculiar costumbrismo es más bien un énfasis en la lengua de su pueblo, una
visión tierna de los pequeños seres que atraviesan, con su ternura y miseria,
los paisajes de su país. Escribió acerca de campesinos y desplazados de las
urbes, identificándose con sus problemas y rasgos, así como con su materia
verbal, que reproduce la tensión idiomática entre los dialectos, las lenguas
indígenas y el castellano.
En su
caso también se ha hablado de realismo mágico: un buen ejemplo de ello es el
célebre cuento "El anillo de Oricalco", que desarrolla el tema de la
muerte, los indios magos, y el tópico del anillo encantado. Sus primeras
novelas fueron El Cristo negro (1927) y El señor de la burbuja (1927). Con
Oyarkandal (1929), recopilación de relatos, dio a conocer sus primeros cuentos
fantásticos. Entre sus títulos posteriores deben destacarse Remontando el Uluán
(1932),Cuentos de barro (1933), Conjeturas en la penumbra (1934), Eso y más
(cuentos, 1940), Cuentos de cipotes (1945; 1961, edición íntegra), Trasmallo
(cuentos, 1954), La espada y otras narraciones (1960), La sed de Sling Bader
(novela, 1971), Catleya luna (novela, 1974) y Mundo nomasito (poemas, 1975).
Entre 1969 y 1970, a instancias de la editorial de la Universidad de El
Salvador, el poeta y narrador salvadoreño Hugo Lindo se encargó de prologar los
dos tomos de las Obras escogidas de Salarrué, quien intervino directamente en
la selección de los textos.
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